Orígenes y fines
La Real Academia Española se fundó en 1713 por iniciativa de Juan
Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena. Felipe V aprobó su
constitución el 3 de octubre de 1714 y la colocó bajo su «amparo y Real
Protección».
Su propósito fue el de «fijar las voces y vocablos de la lengua
castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza». Se representó tal
finalidad con un emblema formado por un crisol en el fuego con la
leyenda Limpia, fija y da esplendor, obediente al propósito
enunciado de combatir cuanto alterara la elegancia y pureza del idioma, y
de fijarlo en el estado de plenitud alcanzado en el siglo XVI.
La institución ha ido adaptando sus funciones a los tiempos que le
ha tocado vivir. Actualmente, y según lo establecido por el artículo
primero de sus Estatutos, la Academia «tiene como misión
principal velar por que los cambios que experimente la Lengua Española
en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no
quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico».
Emblemas de la Corporación de 1777, 1868 y 1771
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